La Caravana Escuela LCE
Desde enero de 2019, y de manera creciente, los agricultores del páramo de Mérida han venido forjando sus propias herramientas agrícolas, usando acero reciclado, operando de forma autónoma y sin necesitar electricidad. Esta hazaña colectiva ha impulsado la productividad y ha enriquecido y mejorado las vidas de los habitantes de nuestras montañas.
Con una presencia constante en siete aldeas de montaña, La Caravana Escuela (LCE) ha capacitado a más de 560 agricultores-herreros, quienes a la fecha han forjado un total de 15.189 herramientas agrícolas. Cada aldea ha sido equipada de un taller con una fragua, amén de yunques, herramientas de forja y equipos de seguridad industrial, así como del suministro continuo de carbón mineral.
Los herreros-campesinos se han abocado a ‘cosechar’ chatarra de sus alrededores, limpiando la tierra de material peligroso y dañino para el medio ambiente. Este material ferruginoso sirve como materia prima para forjar herramientas. Hasta la fecha, se han recuperado más de 18,9 toneladas de hierro y acero en las zonas rurales de los Andes.
LCE produce herramientas que hasta hoy eran inasequibles a personas que enfrentan desafíos severos, dándoles nuevas oportunidades de generar ingresos, y dando a los jóvenes razones para permanecer en el país. De este modo, el ancestral oficio de la forja se ha convertido en un hecho de transformación social. Baste resaltar que cerca de un 25% de nuestros aprendices son mujeres y jóvenes.
Aldeas Forjadoras
LCE ha rediseñado sus procesos y métodos de enseñanza a partir de la creación de una nueva herramienta: la Plantilla de Aprendizaje.
En un momento particularmente severo de nuestra Historia reciente, el trabajo de los aprendices abolió la escasez de herramientas en los páramos. LCE capacitó a los campesinos para hacer martillos, cinceles, herraduras, hoces, azadas, palas, palines… herramientas indispensables para continuar su vida agrícola, y que eran prácticamente imposibles de adquirir. Este objetivo inicial ya se ha cumplido: gracias a estas primeras y rudimentarias herramientas, ahora los cultivos se plantan y cosechan a tiempo, y los caballos ya no cojean por falta de herraduras, pudiendo llevar de nuevo los cultivos del campo a la ciudad.
Desde luego, estas primitivas herramientas forjadas por los agricultores-herreros no gozaban entonces de la calidad o la cantidad suficientes como para poder ser vendidas comercialmente. Aquella fase inicial del trabajo, aunque cubrió la demanda local, no generó ingresos económicos directos.
Hoy día, de la mano de múltiples visitas de seguimiento y de una mejor dotación a los talleres, la capacidad técnica de las Aldeas Forjadoras supera con creces sus propias necesidades, allanando el terreno para una relación comercial formal próspera y duradera.
A fin de atender una creciente demanda en la producción de herramientas, LCE ha venido estableciendo canales de comercialización con ferreterías aliadas. El hecho de tratar con un mercado comercial establecido con miras a generar ingresos impone nuevas exigencias de producción, estandarización y calidad. Por ello, LCE ha rediseñado sus procesos y métodos de enseñanza a partir de la creación de una nueva herramienta: la Plantilla de Aprendizaje.
La plantilla de aprendizaje
Optimizan el aprendizaje de nuestros forjadores, quienes han pasado de crear herramientas básicas a forjar herramientas estandarizadas de calidad.
Esta Plantilla es, en principio, un sistema compuesto por una serie de moldes. Al ser utilizados, paso a paso, para forjar una herramienta específica, optimizan el aprendizaje de nuestros forjadores, quienes han pasado de crear herramientas básicas a forjar herramientas estandarizadas de calidad. Entre estas herramientas, destaca el garabato.
Objetivos
Creamos un nuevo mercado que conecta el campo con la ciudad, beneficiando a comerciantes, recicladores de acero y agricultores. Para lograrlo, buscamos el apoyo financiero necesario para materializar y fortalecer las inversiones en nuestros programas.
Expandirnos
Para servir a más aldeas y residentes adicionales en las comunidades a las que ya hemos formado.
Capacitar
En habilidades de forja, ahora incluyendo las técnicas de estandarización a través de la Plantilla de Aprendizaje.
Fortalecer
Las herrerías rurales para aumentar la producción de herramientas destinadas a nuestro programa comercial.
Crear
Un nuevo mercado del campo a la ciudad que beneficie a comerciantes del sector, recicladores de acero y agricultores.
Buscar
El apoyo financiero suficiente para materializar y fortalecer las inversiones que se necesitan en los diferentes programas de LCE.
Innovar
Tanto en el modelo educativo, como en los diferentes procesos de transformación de hierro que involcran nuestros programas.
Re-capturamos el CO2
Para compensar la huella de CO2 producto del uso de carbón mineral, desde 2022 hemos comenzado a plantar árboles nativos en cada comunidad que visitamos, ayudando a repoblar bosques endémicos en zonas deforestadas.
Ahora sabemos cuántos árboles hay que plantar para re-capturar el CO2 liberado por cada tonelada de carbón usada en fragua, y plantaremos el doble de los árboles necesarios, por conciencia y responsabilidad ambiental dentro nuestro modelo educativo-productivo.
El Ser, Hacer, Transformar y Organizar se conjugan en este modelo educativo que engloba una propuesta circular autosustentable, que abarca desde la enseñanza de un oficio hasta la especialización técnica para participar en un escenario comercial real con resultados económicos y de desarrollo muy poderosos en comunidades rurales agrícolas de Venezuela.